Los edificios no se conservan solos.
El arquitecto de la casa, con su visión global, convierte la conservación en una oportunidad de mejora, sacando todo su potencial. De forma cercana y con soluciones a medida, de rentabilidad asegurada.
Coordinando los distintos trabajos de mantenimiento. Para ahorrar quebraderos de cabeza y cuidar uno de tus bienes más preciados: tu casa.
1.
Ahorra derramas innecesarias a la comunidad, ya que al ocuparse de forma continuada de la conservación puede anticiparse a los problemas.
2.
Hace que la revisión de la ITE sea más sencilla porque conoce el edificio, dispone de los documentos técnicos y se encarga de gestionar todo el proceso.
3.
Mantiene el valor de tu casa a través de los años. Aportando seguridad y evitando riesgos.
4.
Coordina y supervisa el trabajo de los diferentes profesionales para que se hagan correctamente.
5.
Diseña un plan de conservación con soluciones específicas para tu edificio, lo que se traduce en un ahorro importante de dinero.
6.
Mejora la calidad de vida de tu comunidad porque su visión global, experta y a largo plazo puede convertir la conservación en oportunidades para mejorar espacios e instalaciones y adaptarse a las necesidades de los vecinos.