Diseño del conjunto de viviendas.

La primera medida es colocar las 25 viviendas en L, y no en una sola línea (21 en su parte longitudinal, con orientación principal sur, y 4 en el otro lado, con orientación principal este), para disminuir la dimensión longitudinal de la actuación, aumentar la privacidad y aislamiento sobre la carretera desde la que se accede al conjunto, y generar una fachada con arquitectura y no solamente con muros como normalmente se hace en este tipo de proyectos. Cada cierto número de viviendas se cambia la tipología para romper el ritmo, y ayudar a disminuir la sensación longitudinal en un solar tan largo y estrecho.

Para conseguir privacidad en el acceso a cada vivienda (tradicionalmente se accede por la misma fachada por la que se mira desde el salón) y liberar espacio verde-lúdico, las circulaciones dentro del conjunto se realizan por medio de una calle semienterrada bajo las viviendas, soleada y abierta al jardín, en la que se colocan los accesos rodados y peatonales de cada una de ellas. Otro de los problemas de privacidad tradicional, la visión desde las plantas superiores sobre los otros patios privados traseros de cada vivienda, y viceversa, es solucionado elevando las ventanas de las habitaciones y baños que dan a esa fachada sobre la línea de los ojos, colocándolos en la cubierta.

En definitiva, las viviendas constan de una planta de semisótano en la que se sitúa el garaje, una planta baja con salón, cocina, aseo, terraza cubierta y jardín trasero, una planta primera con tres dormitorios y dos baños y una planta bajo-cubierta con una única estancia.