La rehabilitación de edificios se ha convertido en una estrategia fundamental para alcanzar los objetivos de sostenibilidad y eficiencia energética establecidos por el Pacto Verde Europeo y la Nueva Bauhaus Europea. Necesitamos ir dando pasos concretos hacia la descarbonización del sector de la construcción, uno de los sectores que más contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero, y actuar sobre el entorno construido y consolidado es la forma más sostenible que tenemos de actuar.
Sin embargo, también crucial abordar estos proyectos con un enfoque holístico que vaya más allá de la mera eficiencia energética, incorporando criterios de sostenibilidad integral que incluyan medidas bioclimáticas y el uso de materiales naturales. La implementación de principios bioclimáticos en la rehabilitación permite aprovechar las condiciones climáticas y ambientales del entorno para mejorar el confort y reducir el consumo energético. Esto implica considerar aspectos como la orientación del edificio, la ventilación natural, el aprovechamiento de la luz solar y la protección contra la radiación excesiva. Al integrar estas estrategias, se puede lograr una reducción significativa en la demanda energética del edificio, mejorando su eficiencia sin depender exclusivamente de sistemas activos o instalaciones.
El uso de materiales naturales como la fibra madera, el corcho, o la celulosa entre otros, tienen un menor impacto ambiental en su producción y transporte, y son biodegradables o reutilizables al final de su vida útil. Además, contribuyen a crear ambientes interiores más saludables, regulando la humedad y mejorando la calidad del aire interior. La incorporación de estos materiales no solo mejora el rendimiento energético del edificio, sino que también promueve la economía circular y reduce la huella de carbono asociada a la construcción.
La rehabilitación sostenible representa una oportunidad para transformar el parque edificado existente en espacios más saludables y en armonía con el medio ambiente. Este enfoque permite abordar simultáneamente varios desafíos: la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la adaptación al cambio climático, la mejora de la calidad de vida de los ocupantes y la preservación del patrimonio arquitectónico.
En conclusión, abordar la rehabilitación de edificios con una visión integral, con criterios de sostenibilidad que incluyan medidas bioclimáticas y el uso de materiales naturales no solo contribuye a alcanzar los objetivos de eficiencia energética y reducción de emisiones, sino que también mejora la calidad de vida de los ocupantes, promueve la salud ambiental y preserva los recursos naturales. Esta aproximación integral a la rehabilitación es esencial para crear ciudades más sostenibles, capaces de enfrentar los desafíos del cambio climático y contribuir a un futuro más verde y habitable para todos.
De esto, entre otras cosas, como la importancia de que la economía social tome un papel protagonista en todos estos aspectos estuvimos charlando junto con nuestros colegas de Paisaje Transversal en el programa Tercer Sector de Radio Capital.