Frecuentemente escuchamos estos términos que empiezan a estar cada vez más extendidos, pero quizá no terminamos de entender en qué consisten. ¿Qué significa eso de codiseño? Y, ¿qué significa esto en un proyecto de arquitectura? ¿Es que voy a dibujar yo mi casa?

Qué es el codiseño

El codiseño forma parte de una filosofía de trabajo en la que, al igual que el diseño centrado en la persona o el design thinking, la base está en que las personas o usuarias se integren a lo largo del proceso de diseño. Esto se traducirá al final en un resultado más adaptado a sus necesidades que si se hubieran mantenido al margen. Podemos decir que se trata más de un enfoque filosófico que de un método o proceso cerrado, ya que se pueden emplear distintas herramientas o metodologías, y estas variarán dependiendo del tipo de proyecto del que hablemos.

¿Cómo se integran las personas en un proceso de codiseño?

Integrar a las personas significa ir abriendo espacios para la toma de decisiones conjunta a lo largo del proceso de diseño. Para ello, se definen cuáles son espacios y momentos en los que el equipo que está desarrollando el proyecto y las personas que serán las futuras usuarias se sienten juntas para, según el momento en que se encuentre el proyecto, ir avanzando en la toma de decisiones.

Para un proceso de codiseño hay varios aspectos que son esenciales:

Codiseño: proceso de ida y vuelta

Un proceso de codiseño no es lineal, sino que tiene una dinámica de ida y vuelta que va enriqueciendo los proyectos. Normalmente se estructura en una primera fase de información, sobre la que se produce una reflexión y una posterior validación, para volver a una nueva fase de información. Así, poco a poco, se irán definiendo distintos aspectos del proyecto.

¿Por qué incluir el codiseño en los procesos?

El codiseño o diseño participativo se ha utilizado frecuentemente en el diseño de producto. El que se orienta a un proceso como un proyecto de arquitectura es más complejo, ya que hay que tener presente la importancia de la comunicación y el aprendizaje humano.

Un proyecto de arquitectura se desarrolla en una serie de fases, en las que la carga de codiseño va variando. Algunas fases iniciales tienen una gran carga de diseño participativo, ya que es la fase en la que se van a sentar las bases del proyecto.

Otras, como la redacción del proyecto técnico una vez han quedado definidas las bases, tienen menos espacios de codiseño ya que gran parte del trabajo es especializado y tiene que ver con definición constructiva, justificación de normativa, detalles constructivos…

Esta división de fases está relacionado con la necesidad de definir los espacios de “co-creación”, y los espacios de complejidad, en los que un trabajo técnico es necesario para desarrollar las decisiones tomadas en anteriores etapas. También es importante saber cuál es el rol de cada persona, y cuál es la implicación que tendrá en cada fase.

No obstante, aunque la intensidad vaya variando, consideramos importante introducir en todas las fases espacios en los que las personas se impliquen, para que entiendan las decisiones que se van tomando (incluso a nivel más técnico) y por qué. Esto hace que las personas se apropien en mayor grado de los proyectos, y de las decisiones que se van tomando. De esta manera se avanza en la definición, sin volver atrás sobre decisiones que ya se han tomado, un aspecto que suele ralentizar mucho los proyectos, para avanzar construyendo sobre las decisiones que se han tomado.